Al Atelier de la firma llegaban cada día clientas de toda España alimentando la pasión y eclipsando el tiempo del director creativo de la casa. Poco después, las Boutiques también empiezan a solicitar piezas de las colecciones privadas. Desbordados por los encargos se decide fusionar Pret-â-porter con diseños exclusivos, así nacen las colecciones de Costura. Sin saberlo, la firma formó parte del embrión que 20 años después se denominaría Pret-â-Couture.